Acto sobre Venezuela en Vigo

Heinz Dietrich rechaza las nacionalizaciones

El pasado lunes 9 de abril se celebró en Vigo un acto, convocado por un diario local, sobre la revolución bolivariana en el que expuso sus ideas sobre el proceso el sociólogo de origen germano Heinz Dietrich.

El acto reunió a un gran número de activistas del movimiento obrero, lo que vuelve a demostrar el creciente interés e ilusión que despierta la revolución venezolana entre
los militantes de la izquierda, que perciben la revolución encabezada por Chávez como una muestra más de la vigencia del socialismo hoy. Sin embargo, como en todas las revoluciones también existe un gran debate de hacia donde se debe avanza, cuáles deben ser los siguientes pasos a dar...

 

Desde la Corriente Marxista Internacional-El Militante y Manos Fuera de Venezuela, siempre hemos apoyado a la revolución bolivariana, participando activamente en ella y en la lucha política contra todas la tendencias que pretenden frenar la consolidación de las conquistas de la clase trabajadora venezolana.

En estos momentos, la revolución se encuentra en una encrucijada de la que el proletariado latinoamericano es empieza a hacerse consciente: la correlación de fuerzas es totalmente favorable a los obreros pero la burguesía aún no ha desaparecido y conserva los medios de producción, elemento básico que les confiere un poder mayor del que corresponde a su papel parasitario, ladrón y golpista en la política y en
la economía. He ahí una de nuestras diferencias fundamentales con Dietrich.


Nosotros decimos abiertamente que la clave para que la revolución avance es la nacionalización bajo control obrero de las palancas básicas de la economía. Dietrich defiende, y en el acto así lo planteó, que se puede construir el socialismo sin controlar
la economía, alegando que una nacionalización no significa necesariamente socialismo.

Esto es cierto si es un estado burgués quien controla las empresas, pues simplemente tratarán de sustentarlas para garantizar el buen desarrollo del capitalismo. Pero los
marxistas, como dijo Trotsky, no somos los salvadores del capitalismo, sino sus enterradores. Esta idea de rematar al capitalismo está en total conexión con las ideas de los obreros venezolanos y en contraposición con las ideas de Dietrich. Este profesor admite todo tipo de radicalismo en lo que se refiere a la superestructura (religión, cultura, incluso acepta la necesidad de una reforma parcial del estado burgués) pero ¡ay! no toquemos la propiedad privada.

Ante la pregunta realizada por los compañeros de la CMI y MFV de si estaba a favor de la nacionalización bajo control obrero de las principales palancas económicas venezolanas, su respuesta fue clara: "no".

Sólo un ejemplo: Chile 1973. Los intelectuales progresistas clamaban porque no se tocara la propiedad privada para consolidar la democracia. El resultado es conocido por todos.

 

Las medidas nacionalizadoras deben ir acompañadas, por supuesto, por la participación y control de las masas proletarias y la construcción de un estado obrero: revocabilidad y elección de funcionarios, que ningún cargo público cobre más que un obrero cualificado, control de los precios por parte de los trabajadores... Esto es la auténtica democracia y no conceptos abstractos que plantean votar más a menudo pero en el marco del corrupto estado capitalista.


La revolución venezolana tiene ante sí dos retos: hacerse con el control de la economía y eliminar a la burocracia derechista frena-procesos.


Dietrich cree que la revolución ya ha culminado o más bien, desea que ya haya terminado. Sin embargo, los hechos no le dan la razón. La creación del PSUV es una muestra más de que el proceso sigue adelante y con mejores perspectivas que nunca. Así no es de extrañar que los "gusanos venezolanos" lloren, pataleen e insulten tal y como hicieron en el acto de Dietrich.

 

Evidentemente rechazamos contundentemente estas diatribas fascistas, pero frente a las ideas reformistas de Dietrich planteamos nuestro punto de vista marxista.

Nuestros próximos actos públicos servirán para aportar un punto de vista de clase al debate sobre la revolución en Latinoamérica.

Agradecimiento