Perú 2008: Nacionalizar las minas para unificar la lucha contra el gobierno de Alan García

Las honorables protestas de los trabajadores peruanos han sido inspiradoras. A pesar de las largas horas de trabajo, la carestía de vida, y la represión, la nación obrera y campesina, ha manifestado en las calles su bronca contra el gobierno tránsfuga y pro imperial de Alan García. Desde Marcona, pasando por Casapalca, las luchas obreras textiles (Topy Top, San Sebastián, Icadie, etc.), Majaz, SUTEP, y el movimiento cocalero, hasta las jornadas de Julio y Noviembre, los oprimidos dijeron ¡basta ya de opresión! No obstante, todas estas luchas han tenido un carácter netamente reivindicativo. Y no han podido dar el salto de la cantidad a la calidad.

Hasta la actualidad, la lucha de clases peruana ha tenido cuatro ejes de combate:

1-El campesinado contra la contaminación ambiental que causan las transnacionales mineras.

2-El movimiento cocalero contra la erradicación forzosa de la hoja de coca.

3-La clase obrera en pelea por la defensa de los derechos laborales (libertad sindical, contra las services, aumento de salarios). 

4-La lucha del movimiento magisterial por la defensa de la educación pública.

Si bien es cierto, la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) ha tratado de canalizar este descontento, pues, la Plataforma de Lucha, por el propio carácter reformista de la dirección cegetepista, solo se limita a dar una pelea reivindicativa (aumento de salarios, no al TLC, asamblea constituyente, etc.). Esto último refleja la debilidad de las inspiradoras jornadas de lucha del 2007.

Hasta hoy en día, el movimiento de los trabajadores peruanos, carece de una consigna política que pueda centralizar la lucha contra el gobierno vendepatria de García. Este es el punto medular y contradictorio que explica por qué, frente a una correlación de fuerzas a favor del pueblo, la administración García, pueda imponer su política pro Washington (TLC, leyes represivas contra el pueblo, etc.).

En Bolivia, fue la consigna de ¡nacionalización del gas!, la que aglutinó a las masas dándole un carácter político a todo el movimiento social. En Ecuador, fue la idea democrática de lucha contra la corrupción, la que logró sumar a todo el pueblo. Y anteriormente, en Argentina, fue la lucha contra el corralito financiero, la que obtuvo la adhesión de las clases medias y masas empobrecidas.

En el Perú, se ha tratado de darle cohesión al movimiento social. Sin embargo, hasta ahora no ha dado resultados óptimos. Las luchas siguen dispersas.

Pero aun no es tarde. La consigna de nacionalización de las minas (bajo control obrero), puede ser el salto de lo cuantitativo a lo cualitativo. La minería aporta más del 50% del PBI. Es un lugar común que las transnacionales explotan nuestros recursos sin pagar impuestos (regalías, sobreganancias, etc.). Existe animadversión campesina a las mineras. La clase obrera es superexplotada. Es decir, que hay condiciones objetivas para que la izquierda realmente revolucionaria haga avanzar a las masas políticamente y pasar a la ofensiva.

Si se planteara seriamente la nacionalización de la minería, el pueblo peruano podría matar cuatro pájaros de un solo tiro.
Primero, daría una solución a la contaminación ambiental porque serian las comunidades campesinas (en alianza con la clase obrera), la que decidiría el funcionamiento racional de la mina. Segundo, porque con los más de $10 mil millones (al año) se puede dar una solución a la crisis del agro-coca invirtiendo parte de este dinero en financiar la industrialización del campo como parte de un Plan Global para desarrollar la agricultura. Tercero, la consigna control obrero de las minas (como en Oruro, Bolivia), daría una solución a la superexplotación de la clase obrera (estable e inestable), para lograr romper las cadenas de la semiesclavitud. Y cuarto, con otra parte de este dinero, se podría aumentar el presupuesto para la educación pública.

De esta manera, la consigna de nacionalización de las minas (bajo control obrero), se convierte en la necesidad de unificar a las masas para vencer la política pro imperial de García. Es así como la nacionalización de la minería se torna en la esperanza de las masas trabajadoras peruanas para dar un salto cualitativo y pasar a la ofensiva política y revolucionaria.

 

24 de diciembre 2007.

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