A 19 años del Caracazo: la lucha de masas es la única lucha revolucionaria

Este miércoles se conmemora el 19 aniversario del Caracazo que supuso la entrada de las masas en la lucha política venezolana. Las masas de trabajadores, pobres de las grandes ciudades del país cuyo epicentro estaba en Caracas salieron a la calle para protestar contra el paquete de medidas del gobierno de Carlos Andrés Pérez que inspirados por el FMI suponían un ajuste brutal contra las mismas.

Para muchos el Caracazo cayó como un relámpago del cielo. Pocas semanas antes CAP había llegado al gobierno en medio de grandes fastos. El régimen parecía estar seguro de sí mismo; una nueva época de nueva prosperidad, sobre todo para los más ricos, parecía llegar de nuevo. La toma de posesión de CAP fue una muestra de la falsa opulencia y el descaro de la clase dominante venezolana, en medio de la miseria generalizada.

 

Un ajuste brutal del FMI

 

CAP llegó al poder tras los fracasos sucesivos de los gobiernos de Lusinchi y Herrera que llevaron al país a la ruina económica con la caída del ingreso petrolero. Ante la falta de una alternativa a la izquierda, el voto a CAP fue un intento de intentar recuperar los años de su primer gobierno donde la bonanza petrolera fruto de los altos precios de petróleo de los 70 enriqueció a la clase dominante venezolana y repartió las migajas entre el pueblo. Sin embargo las masas sintieron en sus carnes cuales iban a ser las recetas del nuevo gobierno de CAP, un ajuste brutal tal y como había venido haciendo la burguesía en todo el continente desde Bolivia hasta México.

Los puntos fundamentales del ajuste fueron:

"Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener aproximadamente 4 mil 500 millones de dólares en los 3 años siguientes.

Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.

Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.

Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.

Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.

Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.

Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto.

Congelación de cargos en la administración pública." Fuente: Wikipedia

Las dos revoluciones de febrero: Venezuela y Rusia

La subida de precios de la gasolina y el transporte fue el detonante de las protestas. El 26 de febrero el ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%. El movimiento se inicio en Guarenas a 15 Km de la capital y después de ahí a Caracas y a todo el país. El movimiento tomó desde un inicio un carácter desorganizado y anárquico transformándose en saqueos en todo el país y muy especialmente en Caracas. Un saqueo que participo buena parte de la población pobre. Esto es normal en el inicio de un movimiento revolucionario. Durante la revolución rusa de 1917 en su inicio en febrero se dieron casos de pillaje y saqueos. Una revolución pone en movimiento a los sectores mas oprimidos de las masas y sin una dirección clara puede tomar ese carácter. La responsabilidad del saqueo reside en la burguesía que llevó a una situación desesperada a las masas. En un principio la revolución Rusa de 1917, que también estalló un 27 de febrero, comenzó también con la exigencia de pan. Trotsky en la historia de la revolución rusa señala.

"Es evidente, pues, que la Revolución de Febrero empezó desde abajo, venciendo la resistencia de las propias organizaciones revolucionarias; con la particularidad de que esta espontánea iniciativa corrió a cargo de la parte más oprimida y cohibida del proletariado: las obreras del ramo textil, entre las cuales hay que suponer que habría no pocas mujeres casadas con soldados. Las colas estacionadas a la puerta de las panaderías, cada vez mayores, se encargaron de dar el último empujón. El día 23 se declararon en huelga cerca de 90.000 obreras y obreros. Su espíritu combativo se exteriorizaba en manifestaciones, mítines y encuentros con la policía. El movimiento se inició en la barriada fabril de Viborg, desde donde se propagó a los barrios de Petersburgo. Según los informes de la policía, en las demás partes de la ciudad no hubo huelgas ni manifestaciones. Este día fueron llamados ya en ayuda de la policía destacamentos de tropa poco numerosos al parecer, pero sin que se produjesen choques entre ellos y los huelguistas. Manifestaciones de mujeres en que figuraban solamente obreras se dirigían en masa a la Duma municipal pidiendo pan. Era como pedir peras al olmo. Salieron a relucir en distintas partes de la ciudad banderas rojas, cuyas leyendas testimoniaban que los trabajadores querían pan, pero no querían, en cambio la autocracia ni la guerra. El Día de la Mujer transcurrió con éxito, con entusiasmo y sin víctimas. Pero ya había anochecido y nadie barruntaba aún lo que este día fenecido llevaba en su entraña."

Lo mismo sucedió en Caracas, las masas salieron a la calle a protestar contra la subida del transporte, pidiendo pan. Ante la falta de una dirección, de una orientación por la vanguardia de la clase obrera (a diferencia de la revolución rusa de 1917 en la que existía toda una capa de cuadros obreros influenciados y educados por el bolchevismo) ese movimiento tomó un carácter mayoritariamente desorganizado, con saqueos y pillaje. La situación escapó al control completo del gobierno que para restaurar el orden utilizó el ejército de un modo salvaje contra las masas. La noche del 27 de febrero, CAP decretó el estado de sitio y el ejército se desplegó por todo el país, muy especialmente en Caracas para literalmente devolver a la población, muy especialmente de los barrios pobres, al interior de sus casas a tiro limpio. Las masas en su mayor parte desarmadas fueron presa de una represión tan brutal (en el denominado plan Ávila) que aún no se conoce el número exacto de muertos: se estiman cifras entre 300 y 3000 muertos, siendo esta última la más plausible. La clase dominante podría utilizar el ejército contra las masas una vez para salvar su sistema de dominación, pero iba a tener enormes dificultades para utilizarlo de nuevo.

El ejército es el instrumento en defensa de los intereses de la clase dominante. La selección de hombres armados para defender la propiedad privada. Sin embargo el Caracazo marcó también el punto de inflexión en la descomposición del aparato del estado burgués venezolano. Un sector de la oficialidad ante la situación de crisis del país y sentirse como defensores del orden injusto constituido por la IV república deciden tomar las armas y dar en el año 92 dos golpes (en febrero y noviembre) contra el gobierno de CAP que reprime ferozmente de nuevo a los insurgentes. Al frente del primer golpe estaba el comandante Chávez.

Es destacable el trato que los medios de comunicación de la época tanto nacionales como sobre todo internacionales dieron a esta masacre. Cabe resaltar la hipocresía respecto a la situación actual en donde todo el mundo grita contra el gobierno de Chávez tachándolo de dictador y autoritario. Nadie acuso a CAP y su gobierno de ser una dictadura y la represión se silencio, demostrando el cinismo y la hipocresía de los "demócratas" de todos los países. Democracia significa para ellos la defensa de los intereses de los capitalistas y de las multinacionales. Estos señores trajeados y defensores de los derechos humanos no dudan en pisotearlos cuando están en juego sus beneficios y privilegios.

 

El papel de la clase obrera organizada

 

¿Y en toda esta situación donde aparece la clase trabajadora de un modo organizado? Esa es la clave para entender el carácter peculiar que toma la revolución en Venezuela. La característica fundamental es que la clase obrera estaba completamente paralizada por su dirección. En primer lugar la táctica guerrillera practicada por el PCV y diferentes grupos de izquierda tras el pacto de Punto fijo deshizo la organización de la vanguardia en las fábricas. Esta orientación nefasta hacia la guerrilla ha marcado toda la historia posterior de la lucha de clases y condujo a que la burguesía, pudiera controlar la principal central sindical del país, la CTV.

La dirección de la CTV se convirtió en la correa de transmisión de la burguesía. Carlos Ortega y Manuel Coba son la última cadena en el eslabón de la degeneración de la dirección sindical, corrupta y patronal, de la infiltración burguesa en el campo de la clase obrera. Esta situación de control del movimiento sindical que se acentuó durante el auge económico de los 70. Cuando llegó la crisis debida a la caída brusca de los ingresos petroleros dando lugar al crack del viernes negro de 1983, la clase trabajadora, pese a huelgas parciales, estuvo completamente desprotegida ante la arremetida de la crisis económica. El efecto combinado de una dirección traidora al servicio de la oligarquía y la destrucción de puestos de trabajo masivo tras el viernes negro atomizó al proletariado durante los 80, pese a los intentos de defenderse como por ejemplo fue toda la lucha huelguística del sector textil.

Sucede muchas veces en la lucha de clases que cuando la clase trabajadora se encuentra paralizada en el terreno de la lucha en la calle (en este caso después de la masacre del 27-F), traslada su descontento al terreno electoral. Sobre la base de la clase obrera industrial de Guayana, donde se concentra la industria básica del país, se fundó la Causa Radical en 1972 que acumuló todo ese descontento contra el régimen de la IV república y el pacto de Punto fijo. Sin embargo en el momento decisivo durante las elecciones del 94, cuando la Causa R presenta a Andrés Velásquez como candidato y según todos los indicios las gana, el candidato de la Causa R acepta el fraude electoral cometido por la oligarquía sin dar ninguna lucha. La frustración y desorientación tras la traición de la dirección de la Causa R sienta las bases para que el gobierno de Caldera con el apoyo del PCV, el MAS y el MEP pueda llevar a cabo una política recortes sociales, ataques a las masas y así prolongar la agonía del capitalismo venezolano.

Sólo comprendiendo la crisis de la dirección del proletariado venezolano, se entiende el auge de Chávez y su llegada al poder con todos sus méritos y contradicciones. Chávez ocupa ese espacio, cubre la necesidad de una dirección revolucionaria que saque al país de la crisis profunda a la que abocó la burguesía al país.

Hoy en 2008, la tarea de los revolucionarios, de la vanguardia de la clase obrera, es crear esa organización: desarrollar tanto el PSUV, cómo un movimiento sindical que este a la altura de las tareas históricas de la clase trabajadora. La Corriente Marxista Revolucionaria encabeza la lucha por agrupar y educar a los cuadros revolucionarios en esa tarea vital para el triunfo final de la revolución socialista venezolana. Nuestro propósito no es otro que reatar el nudo de la historia que nos conecta con aquel 27 de febrero de 1989 en que los trabajadores y los pobres hicieron una entrada en la política de un modo ruidoso, anárquico y glorioso, sacudiendo de arriba abajo el corrupto régimen burgués venezolano.

Agradecimiento