El Sindicato de Estudiantes y MFV entrevistan a Héctor Rodríguez, dirigente del PSUV

"El PSUV es una organización política que busca aglutinar las fuerzas que apoyan la revolución, una organización para la revolución" | "Está claro que no hay posibilidades de consensos con el sistema capitalista" | "Las nacionalizaciones sólo son un primer paso, no sirve que el estado sea el dueño si el propio Estado es capitalista"

¿Qué es y qué objetivos tiene el PSUV?

Héctor Rodríguez.- El PSUV es un partido que está en proceso de construcción cuyo objetivo es tratar de unificar en torno a él todas las fuerzas posibles que apoyan la revolución. Es un partido que se crea para la transformación de la sociedad venezolana, para que se convierta en herramienta, palanca, fuerza de transformación de la sociedad, es decir, un partido que se crea para hacer la revolución, una revolución que busca desmontar un estado que hemos heredado, burgués, y que empieza a construir un estado con la visión de que éste sea el pueblo organizado administrando sus recursos, resolviendo sus problemas, satisfaciendo las necesidades materiales de la gente.

La misma construcción y formación del partido implica precisamente esto: democracia interna, construcción colectiva, discusión permanente, toma de decisiones de forma colectiva.  Estos elementos hacen que el proceso de construcción del partido no sea muy sencillo, pero tenemos confianza en estos métodos y eso dará una construcción más segura.

¿Qué hemos hecho hasta ahorita? Se ha dado una discusión muy profunda de la sociedad que tenemos y la que queremos. Se ha estructurado a partir de la constitución de organizaciones de base que hemos llamado batallones que abarcan espacios territoriales donde se han dado profundas discusiones de estatutos, de principios, de programa, de gobierno y esos batallones han empezado a estructurar una organización nacional con circunscripciones de batallones socialistas eligiendo una dirección nacional.

Ahora tenemos una gran fuerza organizada territorialmente, con algunas discusiones hechas en cuanto a la forma de ver la sociedad, la forma de construir esa sociedad nueva que tiene que seguir materializándose. Tenemos por ejemplo que organizar a los estudiantes, a las mujeres, los trabajadores y además con una responsabilidad muy grande: tenemos que gobernar. Es un partido de la revolución pero además detenta el poder en un estado burgués, o sea, a la vez que vamos destruyendo ese estado hay que darles respuestas a las necesidades básicas de la gente y construyendo el nuevo estado. El PSUV es por tanto una organización política que busca aglutinar las fuerzas que apoyan la revolución, una organización para la revolución, para la transformación de la sociedad.

Buscábamos dar más fuerza a la Revolución, dar más coherencia a la revolución. Un pensamiento único mataría, dejaría de ser revolucionario, así que buscábamos un espacio de discusión, de reflexión, de construcción colectiva. Entonces esa era la principal razón como ubicar en un espacio organizativo esa discusión permanente, esa construcción colectiva, ese proceso dialéctico. El PSUV surge de esta necesidad.

Dentro de las tesis programáticas, las tesis transversales del partido, está en primer lugar el desmontaje del Estado que hemos heredado y la construcción de un nuevo Estado que parta de las comunidades, que parta de las realidades, que parta de la participación de la gente, que parta de una visión no de representación sino de que el Estado somos todos, el colectivo es responsable de la administración de los recursos, de las satisfacción de sus problemas, de sus necesidades. Esta es la visión que tenemos del Estado.

En cuanto al funcionamiento interno, del partido, hay una clara decisión que es la organización del batallón, es la estructura fundamental del partido, el espacio de discusión del partido y el espacio de las tomas de decisiones del partido.

Es la primera vez que se estructura una visión política en Venezuela con tanta capacidad de movilización. Tuvimos en enero una gran discusión sobre lo que son los partidos de multitudes. Hemos hecho que el partido no se haga de arriba hacia abajo sino que hemos dicho: todos lo que quieran inscribirse en el partido háganlo, ahora todos los que quieran inscríbanse en batallones y ahora sí vamos a elegir la estructura nacional. Esto es bueno porque está rompiendo paradigmas, está obligando a pensar, a discutir,  a debatir nuevas formas de hacer las cosas, de organizar las cosas. Yo creo que renueva el concepto de la participación real, de la militancia política en los partidos que, por unas prácticas muy mafiosas en la política habían decaído en el sentir de la colectividad, más bien lo aborrecían y esto se expresa en gente de 50-70 años que jamás había militando en un partido, que le asustaba e incluso le daba asco la palabra militancia y son los primeros ahora que se suman a la militancia, que organizan, que movilizan. Es decir, la ruptura de esos paradigmas es lo que ha permitido el ingreso a la militancia de sectores de la sociedad que se alejaban de ella.

 

¿Qué tipo de relaciones políticas está estableciendo el PSUV a escala internacional?

Héctor Rodríguez.- Pensamos que de la misma manera que se está produciendo un agrupamiento de todas las fuerzas que quieren cambiar la sociedad dentro de cada país sería igualmente positivo que esto se diese  a en todo el mundo.

Nosotros queremos establecer relaciones con todas las organizaciones internacionales que partan del principio de la solidaridad, del respecto al derecho a la autodeterminación, con una clara perspectiva de construir una sociedad diferente, basada en la igualdad y en la transformación de las relaciones sociales, económicos y de poder.

 

Has sido elegido para la dirección nacional del PSUV, ¿qué papel vas a desempeñar?

Héctor Rodríguez.- El de relacionar el partido con las fuerzas organizadas de la sociedad, con los movimientos sociales del Poder Popular. Una cosa son las organizaciones que han luchado por diferentes reivindicaciones y otra cosa eso que está naciendo como los Consejos Comunales, los Consejos Obreros y los Consejos de Estudiantes, que tienen que servir de base para el nuevo estado que estamos construyendo. Nuestro objetivo es que el Estado actual, que tenemos que demoler, delegue sus tareas en este nuevo poder.

 

¿Qué papel está jugando la mujer en la revolución venezolana?

Héctor Rodríguez.- Cuando decimos que la revolución venezolana tiene “aroma de mujer” se suele creer que es un elemento discursivo, pero no lo es. Cuando vas por las barriadas, a las comunidades, la fuerza y el papel de la mujer en la revolución se ven claramente. Esto tiene una explicación social: la revolución venezolana se basa en sus organismos comunales (no en las organizaciones sindicales o estudiantes, por ejemplo). En las comunidades es la mujer la que está bregando con el problema de la electricidad, con el problema del agua. El liderazgo de la mujer ha sido, es y será determinante para la revolución venezolana.

Lamentablemente, debido a la existencia del machismo, este papel queda cada menos representado conforme se mira más hacia arriba. Por ejemplo, a nivel de los batallones, las unidades más básicas del partido, hay un gran porcentaje de voceras. El siguiente nivel son las circunscripciones, y ahí ya hay muchas menos mujeres y en el de los delegados la relación es inversa, hay más hombres que mujeres. Tenemos que tener una política clara para corregir esto y favorecer la participación de la mujer en todos los niveles.

 

¿Qué balance haces de la derrota electoral en el referéndum constitucional? ¿Cómo valoras las recientes medidas de nacionalización tomadas por el gobierno?

Héctor Rodríguez.- Cuando hablamos de derrota del referéndum hay que dejar bien claro de que se trata de una derrota en el terreno electoral. La revolución no ha sido derrotada. Desde un punto de vista más histórico no ha habido una derrota.

Por otro lado para nosotros está claro que no hay posibilidades de acuerdos, de consensos con el sistema capitalista. El capital tiene un interés muy claro: la acumulación individual de riqueza. Nosotros tenemos un interés muy claro también, y muy diferente: la satisfacción de los intereses de la gente.

Las medidas de nacionalización de empresas de producción de alimentos y las cementeras tienen responden a la necesidad de satisfacer los intereses de la gente. Los espacios estratégicos de la economía deben regirse bajo este criterio.

De todas maneras las nacionalizaciones sólo son un primer paso, no sirve que el estado sea el dueño si el propio Estado es capitalista. También debemos conseguir que los trabajadores se adueñen de las empresas y las pongan a funcionar teniendo en cuenta los intereses de la mayoría, si no, no estamos haciendo nada.

 

¿Cómo valoras el papel que está jugando el imperialismo y las maniobras del gobierno de Uribe?

Héctor Rodríguez.- El imperialismo se ve obligado a mentir sobre lo que ocurre en Venezuela, pero nunca podrá quitarnos la razón. Cuando los pueblos en lucha alcanza el grado de conciencia y de lucha que se ha alcanzado en Venezuela no hay nada que los puedan detener.

Estamos obligados a batallar por salvar la humanidad, así que no hay imperio, no hay dinero, no hay movilización militar que pueda con la voluntad de los pobres del mundo para seguir viviendo.

 

[Esta entrevista fue realizada el 16 de abril, aprovechando un interesante encuentro del compañero con varios miembros de la ejecutiva estatal del Sindicato de Estudiantes y de la campaña Manos Fuera de Venezuela]

Agradecimiento