Alan Woods interviene en la asamblea nacional de trabajadores del sector automotriz

En la mañana del pasado sábado 21 de junio, el camarada Alan Woods fue invitado a una asamblea de trabajadores del sector automotriz para dar un saludo a los obreros allí presentes. Asistieron más de 600 trabajadores de las ensambladoras de toda Venezuela, trabajadores de Mitsubishi, Macusa, Vivex de Anzoátegui, Toyota de Cumana en Estado Sucre, Ford de Valencia, Crysler de Valencia, y de otros sindicatos como el de la Polar de Anzoátegui.

En la mañana del pasado sábado 21 de junio, el camarada Alan Woods fue invitado a una asamblea de trabajadores del sector automotriz para dar un saludo a los obreros allí presentes. Asistieron más de 600 trabajadores de las ensambladoras de toda Venezuela, trabajadores de Mitsubishi, Macusa, Vivex de Anzoátegui, Toyota de Cumana en Estado Sucre, Ford de Valencia, Crysler de Valencia, y de otros sindicatos como el de la Polar de Anzoátegui. El motivo de esta asamblea nacional era doble: por un lado, informar a los trabajadores de los avances para la rectificación, revisión e impulso del Plan Venezuela Móvil y, por otro lado, realizar una campaña por la paralización de la reforma de la actual ley del trabajo y la elaboración de una nueva que sea debatida democráticamente por los trabajadores desde la base.

 

El Plan Venezuela Móvil fue una iniciativa del gobierno nacional para que, con desgravaciones fiscales a los empresarios, estos produjeran automóviles a bajo precio para los trabajadores y el pueblo. Al mismo tiempo, se perseguía, a través de cuotas, restringir la importación de carros y piezas de los mismos de otros países y así garantizar los puestos de trabajo en Venezuela. Los trabajadores hicieron esta asamblea, entre otros motivos, para reimpulsar ese plan que ha sido burlado por los empresarios. De los 400.000 vehículos vendidos en Venezuela el año pasado, solo el 10 por ciento fue producido en el país, mientras que el resto fue importado.

 

La presentación del evento lo hizo el camarada Félix Martínez, secretario general del sindicato de trabajadores de la Mitsubishi de Barcelona, al grito de:"¡Que viva la clase obrera! ¡Que viva la revolución socialista!" entre los vítores de los trabajadores. Le siguió a continuación, como es costumbre en todos los actos políticos, el canto del himno nacional de Venezuela por todos los asistentes. Le siguió una presentación por parte del camarada Félix de la agenda de debate del día. Uno de los puntos más controvertidos fue la reforma de la nueva ley del trabajo "¿Por qué la ley del trabajo se está discutiendo entre las cuatro paredes de los ministerios sin que los trabajadores sepamos nada?". Llamó al gobierno nacional a rectificar y señaló que sólo se pueden elaborar leyes socialistas si ellas se discuten desde la base involucrando a los trabajadores.

Después se dio el turno de palabras. El primero en hablar fue el camarada Alan Woods, que señaló cómo el problema del sector automotriz en Venezuela es una muestra del parasitismo de los capitalistas. También señaló la necesidad de que los trabajadores se movilicen para romper la resistencia de la burocracia y los reformistas y que asambleas como ésta eran ejemplo de lo que se debía hacer.

Alan WoodsAlan hizo hincapié en el enorme poder de la clase obrera: "No brilla una luz, no gira una rueda, no suena un teléfono sin el permiso de la clase trabajadora. Es un enorme poder que hay que usar para cambiar la sociedad. Cuando la burguesía dio un golpe de estado en abril de 2002, ¿quién salvó la Revolución?" preguntó, y fue contestado por un grito de "¡el pueblo!" y "¡la clase trabajadora!"

 

Alan, tras haber saludado el papel del presidente Chávez lanzando el debate sobre el socialismo, criticó duramente la reunión de los empresarios con el Presidente celebrada el pasado día 11 en Caracas. "Aquí, en Venezuela, miran demasiado hacia arriba esperando que el presidente Chávez resuelva los problemas. El pueblo y los trabajadores tienen que impulsar la revolución desde abajo a través de la toma y ocupación de fábricas para expropiar a los capitalistas". Esta intervención fue aplaudida con entusiasmo por los trabajadores presentes.

Le siguió el camarada de Toyota Cumana, Antonio Hernández, que señaló cómo los empresarios del sector automotriz no habían cumplido ni uno solo de los acuerdos del Plan Venezuela Móvil y llamó a una movilización nacional del sector automotriz. "Hace unos días los empresarios dejaron oír su voz al presidente Chávez [refiriéndose a la reunión del 11 de junio]. Es hora ya de que el Presidente oiga la voz de los trabajadores en la calle", afirmó entre aplausos. Una muestra de la burla de los empresarios es el hecho de que "mientras en los años 80 se importaba el 50 por ciento de las piezas de los carros que se producen en Venezuela, en la actualidad se importa el 90 por ciento".

 

El camarada Antonio señaló que "durante seis días paralizaron la planta de Cumana por las condiciones de inseguridad de la misma. Hace apenas tres meses había 206 trabajadores con hernias, lumbalgias, etc., ahora asciende a 242: un 15 por ciento de incremento". Esto significa que ésta multinacional deja impedidos a decenas de trabajadores "cuya media de edad son 26 años".

 

Juan Aguilar de Ford Motor señaló que "muchas reformas que plantea el presidente Chávez están engavetadas y nunca se llevan a la práctica". Ese es el caso del Plan Venezuela Móvil y por eso los trabajadores tienen que "impulsar la lucha desde abajo". Señaló que los empresarios se reúnen y establecen sus estrategias para hacer frente a los obreros y que los trabajadores tenían que hacer lo mismo. "Hay que fortalecer a la clase obrera para defender nuestros derechos". También denunció cómo el gobierno nacional estaba tratando de "limitar los conflictos de los trabajadores de cara a las elecciones de gobernadores y alcaldes en noviembre y frente al Ministerio del Trabajo. Los trabajadores estamos en desventaja a los patronos". Llamó a construir la federación de la UNT del sector automotriz frente a los intentos de los empresarios de controlar el movimiento obrero, "dividiendo a los obreros e intentado corromperlos".

 

Oscar Gómez del sindicato de trabajadores de Polar, empresa que tiene el monopolio de la distribución de alimentos en Venezuela, señaló que "los medios de producción tienen que ser de los trabajadores" y apeló a luchar por una nueva ley orgánica del trabajo.

 

Particularmente emotiva fue la intervención de la camarada Carmen, trabajadora del comedor de la Mitsubishi de Barcelona, que junto a otras camaradas fue despedida por los patronos. Presentada por el camarada Félix Martínez, en un momento preguntó a los trabajadores. "¿Lo vamos a permitir?" y un grito sonó al unísono de todos los obreros: "¡¡NO!! ¡¡Unidad, unidad!!" "Las compañeras fueron despedidas porque nos informaban desde el comedor de las maniobras del patrón. Las compañeras el lunes van a entrar en la empresa por las buenas o por las malas", afirmó Félix despertando el aplauso unánime de los trabajadores. Félix señaló que los trabajadores estaban separados de los patronos y que entre nosotros nos unían más cosas. "¿Quién ha podido tomar whisky, jugar al golf, o volar en el avión del dueño de la empresa?" preguntó, causando con ello una gran carcajada entre los obreros.

 

Cristian Pereira, de Crysler Venezuela, señaló que los empresarios del automóvil se habían ahorrado más de 600.000 bolívares fuertes (unos $281.000 americanos) de exenciones fiscales del Plan Venezuela Móvil para que el precio de venta de los carros fuera asequible. Todo esto había sido una burla para el gobierno y el pueblo por parte de los capitalistas: "Los vehículos se han estado vendiendo por el doble de su valor o más y se importan más carros que nunca". Cristian preguntó:"Con ese dinero ¿cuántos hospitales se podrían haber construido? ¿Cuántos médicos ocupacionales se podrían haber formado, para aumentar la ridícula cifra de 180 que hay en todo el país?"

 

El evento finalizó con un turno de preguntas de los trabajadores y la aprobación de las propuestas de movilizaciones, en medio de un ambiente de confianza y lucha entre los trabajadores. Se vendieron varias decenas del periódico marxista El Militante, así como ejemplares del libro de Alan Woods, Reformismo o Revolución. Esta asamblea fue un ejemplo de la disposición a la lucha y el elevado nivel de conciencia político de la clase obrera venezolana, que es la clave del futuro de la revolución.

Agradecimiento