[ENTREVISTA trabajadores ZANÓN] “Una empresa sin dueño puede funcionar, pero sin trabajadores no"

ImageEl viernes 27 de junio realizamos una entrevista muy interesante en los locales de la CSI de Gijón. Gabriel “Chiquito” Reyes trabajador de Zanón, empresa recuperada por los trabajadores ubicada en Neuquén (Argentina). Actualmente, y de manera temporal, funciona como cooperativa con el nombre FASINPAT (Fábrica sin patrones).

El viernes 27 de junio realizamos una entrevista muy interesante en los locales de la CSI de Gijón. Gabriel “Chiquito” Reyes trabajador de Zanón, empresa recuperada por los trabajadores ubicada en Neuquén (Argentina). Actualmente, y de manera temporal, funciona como cooperativa con el nombre FASINPAT (Fábrica sin patrones).


El Militante.- Cuéntanos un poco sobre la historia de la empresa.


GR.- Zanón es una empresa de porcelanas y pisos. Su antiguo dueño es un empresario italiano que en 1980 se instaló en Argentina en la época de la dictadura militar, que hizo una promoción industrial trayendo capitales privados extranjeros. Entonces le entregó los terrenos, le subvencionó los servicios, créditos blandos, tenía muchas ventajas sobre los empresarios locales. Y así creció e hizo una fortuna. No pagó los créditos ni nunca pagó nada y a través del tiempo en la década de los 90 con el apoyo del gobierno de Menem trató de expandirse industrialmente: vendía a 25 países y con el dinero se puso en sociedad con otras empresas como por ejemplo Aerolíneas Argentinas.

Era una empresa que llegó a tener 800 trabajadores de los cuales 150 los contrataba por medio de la construcción que era un gremio con poca fuerza, con peores condiciones laborales. Cuando los trabajadores querían mejorar su situación eran despedidos y se quedaban con lo que ellos tenían que aportar mes a mes. Nosotros estábamos nucleados dentro del Sindicato Ceramista. La Comisión Interna (Comité de Empresa) y el sindicato a nivel regional negociaban despidos masivos con el patrón. Por ejemplo si tenían problemas con unos activistas que querían formar otras listas, se anticipaban, daban los nombres a la empresa, negociaban con ellos y de la noche a la mañana los compañeros estaban despedidos.


EM.- ¿Cómo empezaron a cambiar esta situación?


GR.- En el año 1997 a un compañero activista se le ocurrió hacer un torneo de fútbol y así nos empezamos a organizar. No solamente jugábamos al fútbol sino que después comíamos algo y nos poníamos a charlar sobre la fábrica. Desde allí surgió la nueva Comisión Interna que pudo competir en las lista de delegados. La empresa intentó echarlos pero nosotros respaldamos a los compañeros. Ahí empezó el cambio en el año 1998 cuando realmente nos sentimos representados. Los que formamos la Comisión hicimos un juramento de que no íbamos a traicionar a los trabajadores ni hacer lo que hacían las anteriores comisiones internas ni tampoco el sindicato. Entonces empezó a rondarnos la idea de ganar el sindicato también.

Durante esos dos años que fueron durísimo con huelgas y paros reclamando seguridad. Impulsamos una campaña interna y luego en otras fábricas de la zona. Se ganó el sindicato a nivel provincial. Sacamos a la burocracia dentro de la fábrica y del sindicato provincial. La fábrica empieza con sus acciones ya que el sistema económico del país no era negocio para ellos, querían llevarse todos los capitales para afuera. Nos ponen en preventivo de crisis (expediente de regulación). Nosotros hicimos un control de la productividad, de lo que se vendía, de la calidad. Nos empezamos a enterar de todo el funcionamiento de la planta y eso ayudó para que los abogados rechazaran el preventivo de crisis.

La empresa al sentir esta enorme presión sindical y además la situación política y económica en todo el país realizan un cierre patronal. Decide parar la planta y empezar a desmantelarla, llevarse toda la maquinaria nueva para instalarla en Chile. Nosotros no sólo no les dejamos hacerlo sino que tomamos la planta y no les dejamos volver a entrar nunca más. Estuvimos así durante seis meses cuidando la planta. No teníamos respuesta tanto del gobierno provincial como el nacional, ni de los dueños ni de los socios de los dueños. Allí estaban metidos el FMI y la banca privada.


EM.- ¿Qué ocurrió tras la toma de la empresa?


GR.- Viendo que pasaba el tiempo, que teníamos miedo de quedarnos sin trabajo cuajó la idea de tomar la planta y ponerla a producir aunque algunos compañeros planteaban que había que esperar otro empresario. No nos quedó ningún ingeniero ni supervisor ya que ellos no estaban de acuerdo con nosotros e hicieron juicios.


En marzo de 2002 se toma la fábrica y en octubre de ese año empieza a funcionar con 15.000 metros cuadrados mensuales de producción. Hoy después de 6 años estamos en los 420.000 metros cuadrados mensuales. Éramos 270 trabajadores y hoy somos 470 dentro de los cuales están el equipo de salud organizado por los mismos trabajadores y por gente de los hospitales regionales con los que hicimos un convenio. Desde el 2001 cuando el sindicato a nivel nacional no nos hizo caso dejamos de pasarles dinero y lo usamos para salud. Tenemos distintos médicos trabajando el la planta: clínicos, pediatras, un psicólogo. Todo esto lo logramos con el apoyo de las organizaciones sociales, los partidos de izquierda y de los trabajadores de salud, de educación. Con la universidad de Comahue tenemos un convenio firmado pero la dirección no autoriza a los decanos a que vengan a trabajar con nosotros. De todas formas ellos nos ayudan de hecho un Decano de economía nos lleva la contaduría y es parte de la cooperativa. Hay otros profesores que son ingenieros con conocimientos de hidráulica, mecánica y fueron parte importante para poner a funcionar la planta.


EM.- ¿Qué relación hay con otras empresas recuperadas?


GR.- Hay una relación con las empresas recuperadas aunque no formamos parte de las agrupaciones de empresas recuperadas ya que desde un principio nosotros vimos que las personas que dirigían las agrupaciones querían lucrarse. Hicieron acuerdos económicos con el gobierno y los metieron en una trampa. El gobierno les dio un crédito, ellos le pagaron a los dueños y ahora lo devuelven en cuotas. Se ahogaron económicamente. Siempre estuvimos en contra de eso. Decimos que el empresario hizo malversación de fondos y en la constitución argentina dice que si esto ocurre el gobierno debe expropiarle la empresa y darlo de utilidad pública a los que estén haciendo funcionar la empresa: en este caso los trabajadores que fuimos los únicos que dimos una respuesta. Creemos que somos los dueños legítimos.

El gobierno con 5 órdenes de desalojo no nos pudo sacar de la planta y nos dan la opción de ser cooperativa. Nunca estuvimos de acuerdo con esta idea pero ser cooperativa nos dio aire para poder comprar, para funcionar como empresa y para poder negociar con quien quisiéramos porque los buitres que nos vendían los insumos, lo hacían mucho más caro, nos hacían pagar al contado y nos extorsionaban. El poder negociar por nuestra cuenta nos abrió el mercado tanto interno como externo (a partir de marzo de este año estamos exportando a Chile el 15% de la producción). Eso nos abrió las puertas para que podamos conseguir mejores repuestos ya que vendemos en dólares y podemos comprar los repuestos y la materia prima en dólares. Antes el cambio de moneda nos perjudicaba porque teníamos que comprar en dólares o en euros y teníamos que pagar hasta tres veces más.


EM.- ¿Cuáles son los resultados de la gestión obrera?


GR.- La calidad de elaboración que se conseguía antes en la planta era del 81,5% y hoy estamos en el 86% de calidad. Eso se debe al sacrificio que hacemos todos porque sabemos que a mejor calidad menor costo de producción y mejor ganancia. Podemos distribuir mejor los recursos, por ejemplo se han mejorado en cuatro veces los sueldos que cobrábamos al principio.

Los primeros tres años estuvimos cobrando todos el mismo sueldo y sin cobrar horas extras. Una vez que nos hicimos cooperativa pudimos mejorar esto. Por ejemplo al que hace turnos rotativos se le paga un plus, al que tiene antigüedad también. Todo fue discutido y decidido en asamblea con proposiciones concretas de los compañeros que fueron votadas. Los dirigentes no cobramos de más sino el básico y estas funciones son rotativos. Los puestos de coordinadores y del sindicato dentro de la planta también son rotativos y se renuevan cada tres años. No se puede ser elegido por más de dos períodos. Todas estas trabas las pusimos por los problemas que tuvimos con la burocracia. Esto es el control obrero. Todos los puestos son rotativos así ningún compañero se cree que estará sólo en un puesto. Si no se quiere cambiar para eso tenemos cada tanto una jornada donde los compañeros votan adónde quieren que cambies. Los compañeros que quieren cambiar de puesto se postulan y son votados de esta manera si la gente cree que un compañero pude desempeñarse mejor entonces lo elige.

Viendo lo que pasó con el “corralito” abrimos tres cuentas bancarias en diferentes bancos. Se repartió en tres partes el dinero buscando la forma de que siempre sea una cifra impar la cantidad de compañeros que firman (por ejemplo al principio eran nueve). Esto es una traba para impedir que algunos compañeros quisieran llegar a un acuerdo para sacar dinero que nos perjudicara (tenían que firmar más del 60%). Los informes mensuales se dan en asamblea tanto los de administración, producción o las cuestiones políticas que las maneja el sindicato dentro de la empresa…donde cualquier trabajador puede participar. Yo ahora sin ser dirigente salí votado para venir a Europa y eso lo decide la gente. Fui delegado cuando se tomó la fábrica, estuve dos años como coordinador de mantenimiento y secretario de la cooperativa. Ahora estoy haciendo el trabajo que hice durante 15 en la fábrica: mecánica de turno, soy técnico electromecánico y técnico hidráulico. Esto no te da margen para que digas “bueno como soy dirigente soy el que tengo que viajar”. El coste del viaje entra en el sector de prensa y difusión que es el que tiene relación diaria con todos los conflictos.

Luchamos también por la igualdad de la mujer. En nuestra fábrica había 60 mujeres y el empresario dejó sólo a 7. A través de 6 años de gestión obrera hay 30 mujeres de las cuales una es la dirigente máxima de la cooperativa, cobran los mismos salarios y tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones que nosotros. Ellas participan en los encuentros nacionales de mujeres representando a la fábrica. Si quieres una sociedad justa tiene que ser para los dos géneros igual.


EM.- ¿Qué objetivos se plantean los trabajadores de Zanón?


GR.- Para nosotros estatizar significa que el gobierno expropia para dirigir ellos la empresa. Nosotros luchamos por la nacionalización baja control de los trabajadores para que seamos nosotros quienes manejemos la planta. Hasta el momento la cooperativa es el mejor control obrero legalizado. Pero ¿qué pasa con la cooperativa? Pues te lleva a auto explotarte a ti mismo. El ex presidente Néstor Kirchner dijo hace tiempo que la decisión sobre el futuro de la planta es política, bueno entonces que haga lo que tenga que hacer. Evitar hacer la expropiación es evitar que los trabajadores nos hagamos cargo de lo que el empresario no hizo.

Nosotros creemos que una solución para estar tranquilos sería la expropiación a nivel nacional de todas las empresas recuperadas por los trabajadores. Pero creo que el sistema capitalista nunca nos va a dejar tranquilos. Además nosotros competimos en un mercado de la oferta y la demanda y no es fácil. Nos ha costado mucho sacrificio, no tenemos subvenciones ni capital y no hay una voluntad del gobierno para hacer algo a nuestro favor. Nosotros decimos que cuantas más piedras nos encontramos en el camino eso quiere decir que vamos por el camino correcto aunque nos cueste.


EM.- Esta visita a Asturias es parte de una campaña de solidaridad…


GR.- Queremos hacer esta campaña a nivel internacional para mostrar nuestra experiencia. También nos sirve para ver la realidad que se vive aquí. La UE se sacó la máscara ya que les pintaron a la sociedad que iba a ser algo bonito con una moneda fuerte y que iban a luchar contra el capitalismo norteamericano y resulta que están más hermanados con ellos que nunca y están aplicando las mismas recetas que a nosotros hace tiempo atrás. Queremos comentar nuestra experiencia y tratar de que eso se reproduzca ya sea a través de los jóvenes, de los que siempre lucharon. En Argentina el resurgimiento de la gente joven nos ha dado fuerza para seguir y no es casualidad que nosotros en Neuquén que es una ciudad sinónimo de lucha no festejamos el Día de la Hispanidad porque para nosotros es la reivindicación a la invasión, a la conquista y al exterminio de las civilizaciones originarias. Todo no se cambia de un día para otro pero nosotros somos parte de la sociedad en que vivimos y tenemos los mismos problemas, las mismas miserias, las mismas necesidades que cualquier trabajador tanto en España como en Argentina.


EM.- ¿Qué les dirías a los trabajadores europeos?


GR.- Les decimos que si nosotros pudimos hacerlo organizados que ellos también pueden. No somos ni superhéroes ni nada. La unión hace la fuerza. Siempre decimos que una empresa sin dueño puede funcionar pero sin trabajadores no. Tenemos que ampliar la solidaridad entre la clase obrera porque el capitalismo avanza a pasos agigantados y no te da tiempo a reaccionar. Creo que si nosotros no hubiésemos estado organizados sindicalmente la depresión del 2001 nos aplastaba. Cuando en esa situación ves que el tipo que robó tantos años que te explotó e hizo dinero con tu sudor se va de la noche a la mañana son cosas que no te entran en la cabeza y que nos hizo tomar las decisiones por las que luchamos. Para esto la asamblea de los trabajadores es el mejor método que podemos emplear porque es cuando menos errores se cometen. Incluso cuando se decide por mayoría se impulsa más a que eso se concrete y no la elección individual de los dirigentes.

Creo que para empezar hay que tener conciencia de que nosotros defendemos una herramienta que es el sindicalismo. No sólo nos ayudó a sentirnos representados sino también a organizarnos. Esa herramienta se tiene que defender y los trabajadores se tienen que afiliar a los sindicatos, no tienen otra salida. El dueño no te va a plantear una continuidad en el trabajo si nadie te defiende, al contrario: te va a usar y cuando no le sirvas te va a echar. Vas a intentar negociar una indemnización pero la misma inflación creada por la crisis te va a comer ese dinero. En Argentina cuando se privatizaron grandes empresas como YPF (petrolera estatal) se dieron indemnizaciones importantes que a los pocos años ya no valían nada. Esa gente despedida y en la calle fue excluida del sistema. Cuando estás excluido socialmente pierdes a tu familia y pierdes tu dignidad como trabajador.

Si los dirigentes del sindicato son burócratas hay que echarlos. Hay que unirse, participar y votar para sacarlos y poner gente nueva. A los dirigentes buenos hay que apoyarlos nunca dejarlos solos. El control obrero no es nuevo, en la década de los 70 en Argentina hubo experiencias similares y por eso vino una dictadura que masacró a dos generaciones de activistas y revolucionarios. Hubiéramos tenido otra clase de país si se hubiera triunfado. No copiamos nada. Esto es la lucha de clases. Ahora sigue igual que hace 100 años, los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Esta es una lucha de toda la sociedad que tiene que exigirles a los políticos que gobiernen para el pueblo y no para las multinacionales.

Hemos discutido bastante sobre ese tema. El objetivo nuestro fundamental es conseguir la expropiación de la fábrica. En cuanto a una alternativa política creo que votando en las urnas el cambio no va a venir, hay un descreimiento total hacia las organizaciones políticas. Creo que la solución vendrá a través de una revolución. Hay que cambiar esta sociedad.

Agradecimiento