No al cierre de sanitarios de Maracay

 En su ofensiva contra el pueblo venezolano, los trabajadores y el presidente Chávez de nuevo los capitalistas intentan golpear a la revolución. El pasado 14 de noviembre el patrón de Sanitarios Maracay anuncio el cierre de la empresa. Esta situación forma parte del continuo intento del patrón de quebrar la organización de los trabajadores y pisotear sus derechos durante los últimos años.

 

Los 800 trabajadores de Sanitarios Maracay después de realizar una huelga de 15 días en diciembre de 2005 en lucha por el cobro de sus utilidades consiguieron quebrar la intransigencia patronal consiguiendo el pago de las mismas. En marzo de 2006 los trabajadores hicieron un reclamo por la cancelación de 19 cláusulas de la contratación colectiva, donde el principal motivo eran los implementos de seguridad, como botas y uniformes, etc. A consecuencia de esta protesta el patrono abandona la empresa y los trabajadores se ven obligados a tomarla durante 42 días, cuidando todas las instalaciones y manteniendo toda la planta operativa. En aquellos días se consiguió un compromiso del empresario por el que pagaba 32 de los 42 días de salarios caídos, uniformes y demás reclamos. Estos compromisos nunca fueron cumplidos, a pesar de que fueron firmados en la inspectoria del trabajo en Caracas.

Desde entonces el patrono ha venido realizando un sabotaje al funcionamiento de la empresa impidiendo su normal funcionamiento: la planta ha estado funcionando en un 40 % de su capacidad además de un sistemático retardo del pago de vacaciones, salarios y demás prestaciones, dando permisos remunerados a los trabajadores para que no estuviesen en planta.

Durante todo este tiempo el patrono ha estado engañando a los trabajadores, padres y madres de familia haciéndoles creer que iba a llegar un inversionista con el que la empresa arrancaría de un modo normal.

Todas estas promesas se han venido abajo cuando el pasado día 14 de noviembre la patronal notifica a la junta directiva del sindicato , el cierre de la planta por tiempo indefinido, dejando sin salario , prestaciones y utilidades a 800 familias de Maracay .Todo ello faltando un día para la cancelación de las utilidades , según la convención colectiva del trabajo, echando por tierra las expectativas de los trabajadores en la creencia de que dicha reunión seria para recibir noticias alentadoras respecto al pago de las utilidades.

El patrón en la citada reunión en la ciudad de Caracas, entrego un escrito al sindicato donde notificaba el cierre de la empresa (mientras en la planta de Maracay ya se le estaba entregando a los trabajadores dicho escrito, sin conocimiento de la junta directiva del sindicato). En el citado escrito además se plantea toda una serie de condiciones para empezar a discutir la vuelta al trabajo y en un futuro indeterminado volver a abrir la fábrica.

Las propuestas del patrón son un atropello, un chantaje inadmisible para los trabajadores de Sanitarios Maracay. Estas condiciones de ser aceptadas suponen claudicar en todas las conquistas de años de lucha de los trabajadores y en una vulneración sistemática de la constitución nacional. Las mismas no reconocen en la practica ninguna deuda contraída con los trabajadores, consagra la destrucción de la contratación colectiva en la medida en que propone sustituirla por firmar condiciones de trabajo individualmente, y aceptar doscientos mil bolívares a cambio de todos los derechos dejados de percibir en cada una de las cláusulas del convenio colectivo vigente. Además niega el reenganche de trabajadores despedidos, y recorta el derecho sindical que recoge la constitución nacional.

 

Al final del citado escrito el patrón cínicamente apela a la solidaridad de los trabajadores, al compromiso con sus familias y pide un sacrificio para salir de esta situación.

Los trabajadores de Sanitarios Maracay llevan 47 años realizando sacrificios. Años tras años con salarios bajos, pésimas condiciones laborales con enfermedades tales como: hernias y problemas de columna que afectan a más de 150 trabajadores. Durante 47 años el patrón, Álvaro Pocaterra ha estado enriqueciéndose y haciendo negocio en 16 países a costa de la salud y el sudor de los trabajadores de Sanitarios Maracay. En pago a estos 47 años de servicio ahora los pone a todos en la calle y deja desamparados a miles de familias en el estado Aragua.

En este citado escrito del patrón también culpabiliza al sindicato de los trabajadores de que la empresa de haya cerrado. Esto es una muestra de sinvergüenzura. A Pocaterra le gustaría volver a tener el sindicato patronal que no defienda a los trabajadores y que sea un instrumento para explotarlos.

Todo esto termino hace años cuando con la llegada del presidente Chávez al poder , los trabajadores formaron un sindicato que de verdad recogiera sus reivindicaciones.

El patrón de Sanitarios Maracay, es una persona muy ligada al verdugo del pueblo, Carlos Andrés Pérez. Pocaterra es un golpista que durante el paro patronal de 2002 echó a estos trabajadores a la calle por 63 días. Y que durante el Referéndum Revocatorio, del 15 de agosto, amenazaba a los trabajadores de que si perdía Chávez iba a impedir la entrada del sindicato a la empresa y a votar a todos los trabajadores.

Todas las maniobras de este golpista contra los trabajadores, y contra la revolución, y el comandante Chávez han resultado en vano. En primer lugar no ha conseguido tumbar la organización sindical ya que la gran mayoría de los trabajadores sigue apoyando firmemente la política sindical de la junta directiva .

Los trabajadores de Sanitarios Maracay decimos basta ya de aguantar a esta oligarquía capitalista que explota a los trabajadores y al pueblo y que amenaza contra la revolución y conspira para tumbar al presidente de la republica.

El cierre de esta empresa no cae del cielo: forma parte de la campaña de la oposición y del imperialismo frente a las elecciones del 3 de diciembre donde ganarà el Comandante Chávez, con el fin de crear caos e inestabilidad en el país antes, durante, y después de las elecciones. ! No lo permitiremos ¡

Hay que defender la revolución de todos sus enemigos para impedir que sigan teniendo la posibilidad de atentar contra el pueblo. Por todo ello los trabajadores de Sanitarios Maracay en una asamblea han decidido seguir el consejo del comandante Chávez !Fabrica cerrada , fabrica tomada ¡

 Desde ese día 14 han decidido, en asamblea defender sus derechos contra el cierre de la fábrica, y por unanimidad decidieron tomar las instalaciones y mantener la producción para garantizar los puestos de trabajo y desarrollar la economía endógena del país frente a la política de los capitalistas. Para mejorar las condiciones de vida de todos los venezolanos y no para que un contrarrevolucionario se enriquezca a costa del pueblo como lo hizo Pocaterra durante 47 años.

¿Como es posible que se cierre una empresa que produce sanitarios para viviendas cuando hay un déficit habitacional de 1.800.000 en Venezuela, cuando los trabajadores y las comunidades necesitan una vivienda de calidad y digna? La producción de Sanitarios Maracay (y la de todas las industrias Venezolanas) debe ser para satisfacer las necesidades sociales, y no para engordar a los capitalistas a costa del pueblo.

Toda la producción de Sanitarios Maracay debería ir a las nuevas viviendas, a los planes habitacionales del gobierno bolivariano. Los capitalistas no pueden continuar saboteando la revolución cerrando empresas y poniendo a los trabajadores y al pueblo a pasar necesidades.

El gobierno bolivariano, y el presidente Chávez no pueden permitir este nuevo sabotaje a la nación. Sanitarios Maracay debe ser nacionalizada bajo control de sus trabajadores para permitir el desarrollo en Venezuela de una economía socialista planificada democráticamente por los trabajadores y las comunidades.

Por todo ello hacemos un llamado de solidaridad a los trabajadores, a los sindicatos de U.N.T., a las comunidades y al gobierno revolucionario a que pongan fin a este ataque a la revolución, a este sabotaje al socialismo y al desarrollo endógeno que impulsa el presidente de la republica Hugo Chávez Frías.

Agradecimiento