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Opositores matan a dos personas en Venezuela – El País culpa a Maduro

Uno ya está curado de espantos en relación a la manipulación informativa sobre Venezuela a la que El País somete a sus lectores. Y aún así, hay artículos que se merecen ser estudiados en las escuelas de periodismo como ejemplos de distorsión de la realidad y sesgo informativo

El jueves 6 de marzo dos personas fueron asesinadas en Los Cortijios en el Este de Caracas. Uno era Jose Gregorio Amaris Cantillo, de 24 años, un motorizado (es decir, un trabajador que se gana la vida transportando gente en su moto, una forma bastante común de transporte en la capital venezolana). El otro era el sargento de la Guardia Nacional Bolivariana Acner Isaac López Lión de 25 años.

Los hechos se produjeron alrededor del mediodía cuando un numeroso grupo de motorizados trataba de retirar una de las muchas barricadas que grupos violentos de oposición han colocado en numerosos puntos del país desde hace ya más de tres semanas. Los motorizados se ven particularmente afectados por este tipo de protesta, pues al impedirles el libre tránsito no pueden ejercer su oficio. Además los grupos violentos de oposición se han ensañado especialmente con los motorizados, llegando al punto de colocar alambre de espino y cables de acero a 1,20 metros del suelo con el objetivo de golpearles en el cuello y tumbarles. Por lo menos dos personas han muerto directamente como conscuencia de esta última ocurrencia de los pacíficos manifestantes opositores.

Cuando los motorizados estaban retirando la barricada fueron atacados por grupos de opositores desde los edificios colindantes. Grupos de encapuchados les lanzaron objetos contundentes, cóckteles molotov y botellas, además insultos varios. Desde esos edificios salieron disparos a la cabeza que segaron la vida de Jose Gregorio y Agnes.

Al reportar sobre esos incidentes en la tarde del 6 de marzo (hora española), lancé la pregunta retórica de cómo iba a informar El País de esas muertes:

 

La respuesta no tardó en llegar. El viernes 7 de marzo, la edición digital del periódico publica un artículo firmado por Ewald Scharfenberg, “periodista” colaborador habitual de El País en Caracas. Una obra maestra del arte de la manipulación, las medias verdades y el descarado sesgo “informativo”.

El titular proclama: “Tres muertes más encienden la violencia política en Venezuela”. ¿Tres muertes? Como yo sólo tenía conocimiento de dos y así lo informaban todos los periódicos (en su mayoría opositores) en Venezuela en sus titulares, me decidí a informarme sobre esa tercera muerta que Ewald Scharfenberg atribuía a la “violencia política” y a la que había decidido dedicar la primera parte de su artículo.

Según Scharfenberg “en Barquisimeto, capital del estado de Lara, el dirigente del partido opositor Avanzada Progresista, Héctor Alzaul Planchart, murió tras recibir un impacto de bala en el pecho”. Scharfenberg añade todo tipo de datos sobre la militancia política de Alzaul Planchart y lo vincula a dos destacados dirigentes opositores, Falcón y Capriles. La idea que se quiere transmitir es clara: se trata de un asesinato político de un opositor. Cierto, Scharfenberg no lo dice abiertamente, pero deja la pregunta en el aire: “Se desconoce si se trató de un crimen por encargo o de un intento de asalto común”. 

El problema es que a la hora que el “periodista” del País firmó el artículo (6 de marzo, 21.20 CET), todo indicaba que el móvil del asesinato había sido el crimen común. Veamos por ejemplo lo que decía el periódico La Prensa de Lara: “Cuando estaba en la calle conversando con otros líderes, pasó una moto con dos hombres. Uno de ellos se bajó de la dos ruedas y con pistola en mano hurtó la tableta, celular y prendas del exdiputado. Al concretarse el robo, presuntamente hubo un forcejeo entre los antisociales y Planchart, quien recibió un tiro en la región toráxica superior izquierda.” El artículo está firmado el 5 de marzo a las 7.21 de la tarde, hora local de Venezuela, es decir, la 1 menos 10 de la madrugada del 6 de marzo en España, 20 horas antes de la hora en que Ewald firmó su artículo.

No solamente eso sino que el gobernador opositor de Lara, Henri Falcón, en su cuenta de twitter, pidió en varias ocasiones, no politizar ni especular con la muerte de su compañero de partido.

Eso fue en la tarde noche del 5 de marzo, 24 horas antes del artículo de Scharfenberg.

La misma información publicaron los dos principales diarios opositores de Caracas. El Universal en un artículo firmado a las 00.00 del 6 de marzo titulaba: “Muere líder de Avanzada Progresista en Lara al enfrentar robo”. El artículo da detalles concretos de los acontecimientos: “El político se quitó dos anillos de oro que cargaba y entregó una tableta electrónica, mientras que la diputada también entregó sus anillos. Pero en ese momento, al parecer, el hampón se distrajo y Alzaul quiso desarmarlo.” Por su parte El Nacional, en un artículo de las 7.51 de la tarde del 5 de marzo detallaba como Alzaul Planchart “fue sorprendido por dos sujetos a bordo de una moto que lo querían despojar de sus pertenencias.”

De nuevo, a la hora que Scharfenberg firmó su artículo, todas las fuentes de información en Venezuela tenían claro que el móvil del asesinato había sido un robo. Eso no impidió al “periodista” de El País, meter este asesinato en el mismo saco de la “violencia política” genérica. Obviamente, es mejor, desde el punto de vista de la narrativa de El País sobre los acontecimientos en Venezuela si se dice que un dirigente opositor ha sido asesinado, que no si se informa del asesinato de dos bolivarianos por parte de opositores. El que eso no se corresponda con los hechos y no se ajuste a la información contrastable disponible en el momento de escribir el artículo no parece tener la menor importancia para este “periodista”.

No esperamos que El País publique una nota aclarando las circunstancias de la muerte de Alzaul Planchart.

El subtítulo y primer párrafo del artículo de El País tampoco tienen desperdicio:
“La temida escalada de la violencia, augurada por el presidente Nicolás Maduro parece estar teniendo lugar en las últimas horas.” Es decir, se induce al lector a pensar que Nicolás Maduro es responsable de la violencia y de los tres muertos.

Pero, ¿qué tiene que decir Scharfenberg acerca de la muerte de los dos bolivarianos. Veamos: “El jueves en la mañana, en un episodio confuso y todavía en desarrollo en el sector Los Ruices del este de Caracas, dos personas murieron por disparos.“

Nótese que en el caso de Alzaul no hay “episodio confuso”, pero en este caso sí. Antes de entrar a informar de las circunstancias de estas dos muertes, Ewald Scharfenberg nos da el contexto: “El barrio de Los Ruices se ha convertido en uno de los puntos calientes de las protestas y guarimbas –cierres de calle- que desde el 12 de febrero se realizan en distintas ciudades venezolanas. En la vecindad se encuentra la sede, fuertemente custodiada, de Venezolana de Televisión, la principal televisora del Estado. El canal oficial sirve de difusor incansable de la propaganda gubernamental y ataques contra líderes de oposición. Por eso, causa un especial desprecio en las filas opositores y sectores de la clase media, de los que Los Ruices es un bastión.”

Este párrafo es tan escandaloso que tuve que leerlo dos veces para cerciorarme de que lo había leído correctamente. En realidad lo que este “periodista” está diciendo es que, en la medida en que VTV es un canal que difunde (de manera “incansable”) “propaganda gubernamental”, es normal que los opositores lo desprecien. En realidad lo que Ewald no dice a los lectores del país es que desde el 12 de febrero cientos de trabajadores de VTV han tenido que acceder a su puesto de trabajo sorteando todo tipo de barricadas y obstáculos y que durante más de una semana fueron objeto de un asedio violento con barricadas de fuego, cócteles molotov, lanzamiento de objetos contundentes y disparos de bala.

Aunque parezca increíble, Ewald Scharfenberg, “periodista”, parece estar justificando los ataques violentos a sus compañeros de profesión por parte de los opositores que, al parecer, defienden la libertad de expresión intentando impedir el normal funcionamiento de un canal de televisión, sólo porque no les gusta su contenido.

El articulista de El País pasa entonces a los “hechos”: “De acuerdo a la versión gubernamental, los motorizados eran parte de un grupo de voluntarios que se aprestaban a levantar la basura y escombros de las barricadas opositores. Los manifestantes, en cambio, los tomaron por integrantes de los “colectivos” o grupos de choque armados del chavismo. En el entrevero se produjeron destrozos en edificios circundantes, la quema de un automóvil, y las dos bajas.”

Es interesante ver cómo el periodista no se preocupa por recoger la versión de los hechos de los motorizados, sino que contrasta “la versión gubernamental” con la de los “manifestantes” en un artificio diseñado para despertar las simpatías del lector hacia los pobres inocentes manifestantes enfrentados a los “grupos armados del chavismo”.

En ningún momento se hace la pregunta obvia de cómo es posible que en un enfrentamiento entre “grupos chavistas armados” “escoltados” por la Guardia Nacional por un lado y “manifestantes” por el otro, mueran por disparo de bala en la cabeza dos personas, un integrante de los “chavistas armados” y un guardia nacional. Nótese también que cuando menciona la muerte de las dos personas (que en la jerarquía del artículo vienen después de los “destrozos en edificios circundantes” y “la quema de un automóvil”) se refiere a ellas como “las dos bajas”. Este lenguaje nos hace pensar en un enfrentamiento entre dos bandos armados en el que se producen bajas lamentables.

Cuando finalmente se decide a mencionar la posibilidad de que hayan muerto por disparos desde un edificio, Scharfenberg lo hace de la siguiente forma: “Aunque todavía no se esclarecen los hechos, Diosdado Cabello, número dos del chavismo y presidente de la Asamblea Nacional, en declaraciones televisadas atribuyó las muertes a la acción de un francotirador que disparaba desde un edificio cercano”. Por dos veces utiliza lenguaje diseñado para introducir la duda sobre las palabras de Diosdado Cabello, pero además, nunca cita directamente sus palabras sino que parafrasea.

¿Qué dijo exactamente Cabello? “El motorizado estaba recogiendo los escombros y el guardia nacional también. Ambos muertos con un solo disparo de un francotirador desde un edificio (...) Un grupo de motorizados se paró a recoger la basura y les dispararon.” Claro que si hubiera puesto la declaración textual, el lector hubiera tenido la libertad de formarse su propia opinión, algo que no conviene en la escuela de “periodismo” de Scharfenberg.

En fin, dos personas fueron asesinadas ayer en Venezuela, y no fue la “violencia política” “augurada por Maduro” que las mató, sino que fueron asesinados por disparo de bala cuando trataban de despejar un bloqueo de calle de la oposición. Pero claro, eso no coincide con la visión que los dueños de El País tienen de lo que sucede en Venezuela y no conviene decirlo de esa forma.

(NOTA: el reportaje de Aporrea sobre estos dos asesinatos, con fotos y videos se puede ver aquí: http://aporrea.org/oposicion/n246484.html)

Categoría: noticias

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